lunes, 2 de julio de 2007

Tercer día



Hoy a la mañana nos despertamos un poco más animado. Ocurrió que en la inspección posterior al vuelo del avión encontramos que se había volado uno de los tornillos del cono de hélice y ocasionó que el cono presentase una fisura de unos siete centímetros.
Cosas que pasan y que le agregan un poco de sabor a esto.

Por supuesto que el tornillo que se voló le pegó a una de las hélices y la marcó en dos puntos. Nada profundo pero tremendamente antiestético.

Luego de consultar a algunos expertos, nos aseguraron que el cono sirve, entre otras cosas, para indicar el comienzo de la aeronave, o por razones de estética y hasta porque se trata de preservar el pudor de la aeronave. Debo reconocer que el ánimo decayó en el equipo, pero luego de pensarlo un poco decidimos quitar el cono y seguir para adelante (todo piloto bien vestido debe tener una vitorinox o similar)

En resumen nos tranquilizó saber que podíamos seguir sin cono.

Bien temprano a la salida del sol que por suerte en Río Gallegos es a las 09:00 hs. (temperatura bajo cero) y luego de recibir un buen brifin meteorológico con los muchachos de Hércules C 130 que también estaban ahí y de hablar con unos periodistas de uno de los canales locales (el canal 2) nos subimos al avión, pusimos en marcha y nos fuimos.

Nos autorizaron con seis mil pies. Qué les puedo decir de lo que se ve desde arriba cuando cruzás el estrecho de Magallanes y entrás a Tierra del Fuego, una vista imponente, no nos autorizaron directo Ushuaia, nos mandaron al VOR de Río Grande y una vez allí, solicitamos subir a ocho mil pies (le tengo mucho respeto a las montañas, más cuando hay viento y mucho más cuando las cruzo cerca y con un Mooney) a esa altura se veía algo de nubes sobre los picos para el oeste, pero por el este, que son más bajas, se podía cruzar bien. Qué espectáculo, esas montañas nevadas vistas desde 60 millas náuticas, son de no creer, realmente Tierra del Fuego es un lugar de fábula, en donde el espíritu aventurero te brota por los poros.

Eso era solo una parte del espectáculo que nos preparó la Mano de Dios, luego llegó el Lago Fagnano, un lago particular, ya que según el nivel que tenga, sus aguas desaguan en el Océano Atlántico y/o en el Pacífico.

Cruzamos una línea de cerros bajos, Lago Fagnano y otra de cerros mucho más altos, todo nevado, todo extraordinariamente blanco y allí, a nuestra mano, el Canal de Beagle, magnífico, otro de los tantos pasos obligados para aquellos que navegan y necesitan llegar a alguno de los dos océanos, lugar peligro como pocos, el Faro del Fín del Mundo, un valle encantado, absolutamente congelado, incluida la Ruta Nac. Nº 3 que dignamente serpenteante se acerca a su fin en la Bahía Lapatáia.

El vuelo, nos deparaba nuevas sorpresas, el impresionante Monte Olivia, el más alto de la zona con sus picos característicos, que es usado por los pilotos, para darlo como “posición” ........ Ushuaia, torre, el LV JRA con el aeropuerto a la vista lateral “Monte Oliva”........

Y ahí, cortas todo y te zambullís “directinho” a la básica de 25 de lindísimo Aeropuerto Internacional Malvinas Argentinas (el aeropuerto mejor ubicado de Argentina, el piloto que lea esto, deberá ir para saber a que nos estamos refiriendo) o a la vieja pista de los Aeronavales, casa gentil y amable del Aeroclub Ushuaia.

Al aterrizar en el Aeroclub, nos estaban esperando un montón de amigos, con cafecito bien caliente, facturas y muy buena onda.

También nos esperaban periodistas locales que quería saber sobre el viaje. La gente de aeroclub nos entregó una bandera del aeroclub como obsequio para los de Merill Field en Anchorage, calcos y un montón de muestras de amistad que serán entregadas a los gauchos del norte.

Teníamos pensado recuperar el día de atraso volando directo desde Ushuaia hasta Comodoro Rivadavia, pero nos empezamos a atrasar y salimos muy jugados con el tiempo como para llegar diurno a destino.

Volar en esta, tan particular zona, no tiene misterios, pero requiere de estar siempre muy alerta a las cambiantes condiciones meteorológicas, ya que los vientos son muy fuertes y para aviones como el nuestro, nos pueden jugar una mala pasada.

Al cruzar las montañas teníamos una velocidad indicada de 135 nudos y una velocidad con respecto al suelo (graun espid) de 108. eran las dos de la tarde y no llegábamos. Nos apresuramos y cancelamos el plan de vuelo a Comodoro y decidimos ir a Río Gallegos.

A la altura de Río Grande, ya estábamos a siete mil pies y aumentó un poco el viento de cola. Por lo que pedimos a Gallegos que nos pasase el horario del crepúsculo en Comodoro y nos informó que a las 18:35 ya era de noche, la hora de arribo que nos tiraba el GPS era a las 18: 51. Todo mal.

Por suerte el viento de cola siguió aumentando (en este caso para mejor pero, también hay que imaginarse la situación a la inversa) hasta que tuvimos una hora estimada de arribo a las 18:10. Decidimos abrir nuevamente le plan de vuelo a Comodoro y poner proa directo desde la posición donde estábamos (en el cruce del estrecho de Magallanes). Quedamos que si veíamos que el viento nos frenaba a 100 millas al norte de Río Gallegos todavía teníamos luz para volver y aterrizar allí.

El viento de cola aumentó hasta tener una graun de 152 nudos, increíble, era como ir en moto y sin casco.

En resumen llegamos a las 05:50 hs a Comodoro directo de Ushuaia y lo mejor es que recuperamos el día perdido en Bahía Blanca.

Mañana, si Díos quiere, partiremos como lo teníamos previsto para hacer Comodoro Rivadavia – Bahía Blanca – San Fernando.

Ahora nos espera una cena caliente y a dormir temprano. Mañana estaremos de nuevo en casa por dos días antes de seguir con rumbo norte. Un abrazo para todos y gracias por los mensajes. Mañana subimos más fotos


La primer foto es del Estrecho de Magallanes, la segunda es Río Grande y la tercera del lago Fanagno.