miércoles, 11 de julio de 2007

Sexto día de la segunda etapa


Muchachos, esto es un laburo y hay que cumplir.

Ayer nos cansamos más esperando que volando.

Estamos nuevamente en la sala ARO AIS. Por lo meno esta mañana no madrugamos, nos despertamos solos.

Desayunamos y nos pasó a buscar nuevamente Ademir, el motorista.

Llegamos y las condiciones meteorológicas no eran prometedoras, desde el taxi se podía ver que, pese a los techos altos, había una capa de estratos bajos que estaba entrando desde el este.

Luego de saludarnos con la muchachada hicimos el plan de vuelo visual con mil pies sobre el terreno cosa de salir apenas tuviéramos la primera oportunidad. Pagamos a Infraero y esperamos. De pronto el suboficial de meteorología nos avisa que Boa Vista estaba visual y que pronto lo estaría Manaos.

Salimos a toda velocidad con el equipaje hacia el avión. Estamos echando unos tubos de tanto cargar y descargar que son increíbles, hay que ser más moderado con el equipaje, ya que, siempre es responsabilidad nuestra, subir y bajar las cosas, acarrearlas, por eso decimos que esto es un laburo.

Cargado todo, llamamos a los de la oficina de meteo para ver cómo andaba la cosa y para sorpresa nuestra, el aeropuerto estaba para VISUAL!!!.




La torrera estaba muy ocupada y en lugar de comunicarse disparaba información, instrucciones etc., etc.

Nosotros ansiosos por salir, solicitamos puesta en marcha y rodaje cabecera en uso, cuando nos contestó era una ametralladora, no agarramos una, le solicitamos “falhe devagar” y la respuesta fue una descarga aún más demoledora que la anterior.

Error, grave error, ya que si ella nos hablaba “devagar” nosotros en la primera entendíamos y no se retrasaban las comunicaciones, hasta que en un momento, alguien de la torre se ocupó de nosotros y las cosas salieron como corresponde.

Otra vez, estamos para lo que habíamos venido, VOLAR!!!!!!!! delante nuestro iban dos turbos de pasajeros y detrás venía una sección de cargueros y nosotros al tranquito.

Nos fuimos a la cabecera 10 y tal como dijimos, al tranquito, recomenzó la aventura.

El despegue fue por la cabecera correcta, el techo estaba a unos mil quinientos pies y quebrado, eran unos bellísimos stratus cúmulos, que nos permitían un casi, permanente contacto visual con el suelo.

Creo, que pocas veces se da en la vida una conjunción como la de hoy.

La Met. estaba ahí, más o menos dijo el gallego, pero nosotros estábamos a full y con todas las pilas nuevas.

Así que seguimos con mil pies hasta que el control nos liberó y subimos a cinco mil quinientos pies. Una belleza el paisaje, todo parecía mas lindo, nos estábamos alejando de lo que creímos podía haber sido una trampa para el proyecto.

Teníamos la impresión que estábamos metidos en un pozo, del cual era casi imposible salir.

El vuelo fue tranquilo entre nubes pero siempre en contacto con el terreno. La selva volvía a pasar debajo de nosotros, espesa, misteriosa e inmutable.
Los que la tienen clara (te acordás Charly) son los pájaros, como vuelan, te meten miedo, ya que muchas veces pasan a 300 kilómetros por hora, los 250 nuestros y los 50 de ellos en contra, no nos queremos imaginar llevarnos uno puesto, creo que sería como que nos pegaran con un misil, pero los desgraciados vuelan de verdad. (¿te acordás Bahía cuando se te metió la paloma en la cabina del A4?).

A las dos horas y cuarenta y cinco y de darle a 24 por 2500, estábamos aterrizando en Boa Vista, luego de haber hecho un vuelo de fábula “tal como dijo Eugenio” del cual aprendimos un montón.


Es interesante, somos los mismos, pero diferentes.

Nos decíamos mutuamente metámosle bala ya que queríamos cruzar a Maturín y terminar con la etapa Sud América.

La gente de migraciones, aduana y sanidad nos despacharon en el medio de la pista con 35 grados, nosotros transpirando como testigos falsos y ellos de saco y corbata, increíble la capacidad de adaptación de los humanos.

Y el objetivo se logró, en poco menos de media hora ya habíamos terminado hasta con la carga de combustible.

La información meteorológica era buena, tanto Boa Vista como Maturín estaban en condiciones visuales, la duda era que en la ruta podíamos encontrarnos con algún CB embebido cerca de “La Divina Pastora” primer VOR de Venezuela y limite con el FIR Amazona.

Se nos dijo que si podíamos pasarlos el resto iría mejorando.

Despegamos a las dos de la tarde, en tiempo record, pero en la cabecera opuesta ya había un CB que estaba tirando agua a baldazos, que espectáculo, en su área de influencia, es como que se viene el cielo abajo y alrededor no pasa nada, pero ahí dentro está la verdadera fuerza de la naturaleza.

Cerramos al despegar para no meternos y pusimos proa a La Divina Pastora. (faltó meter PC)

Le empezamos a meter, nos íbamos para arriban 075 de nivel, una buena ground, pero el destino, nos deparaba algo verdaderamente duro, En el horizonte se veía algo más que los CB que nos habían mostrado gentilmente en la pantalla de la PC.

Eso era una pared gris, babosa y amenazante, justo donde comienza el cordón montañoso con picos de hasta ocho mil pies que terminan siendo el límite natural entra Brasil y la República Bolivariana de Venezuela, donde se encuentra la famosísima Cascada Salto del Angel .

Nosotros pusimos en el plan de vuelo nivel 095. Pero posteriormente lo cambiamos a 075 dado que no pensábamos perder el contacto visual con el terreno.

A medida que nos aproximábamos, a esa pared, el Mooney se iba achicando y nosotros adentro de él.

Daba la impresión que se terminaba apenas pasásemos las montañas. Pero al llegar nos encontramos con algo parecido a una boca abierta, gigante, lista para tragarnos. (te acordás Capu de aquella tormenta donde me perdiste de vista y volviste sólo?, esta era igual pero ahora no tenía PC).

Que hicimos, seguir para adelante, im – po si – ble, entonces viramos por derecha, volamos unos 15 minutos paralelos al CB e intentamos abordarlo por la retaguardia, pero ese lagarto, tenía ojos hasta en la nuca, en ese momento, una voz interior nos dijo, “muchachos rajemos que esto no es joda” y así lo hicimos. Los valientes, también reculan.

Ok., allí estábamos nosotros mirando por el espejito retrovisor (no todos los aviones tienen) era para ver si nos seguía, pero rápidamente lo fuimos dejando atrás, en realidad pensamos que arrugó.

La vuelta, también fue interesante, ya que a medio camino, nos encontramos con el hermano menor que intentó cerrarnos el paso, pero hábilmente, bajamos unos 4.000 pies y por un huequito nos mandamos.

Tiraba agua a lo pabote y aprovechamos y le dimos un merecido chapuzón al LV JRA y quedó como de peluquería.

Después del susto, entendíamos al controlador de la TWR de Boa Vista, como si fuera el “Legendario” de Aeroparque.

Que historia y más linda de poder contarla. Realmente estábamos cansados y ansioso porque en esas dos horas de vuelo no dejamos cagadas por hacer.

Hoy dormimos en Boa Vista, una linda ciudad del interior de Brasil.

Tiene unos doscientos mil habitantes y aunque es centenaria (más de ciento setenta años) es pequeña y baja. Las construcciones con más de dos pisos son escasas y casi todas corresponden a hoteles. Las calles son amplias y prolijas.

La gente es muy amable y sencilla, con la sonrisa siempre en los labios. Hoy cenamos liviano pese a no haber almorzado. Nos sentamos en un barcinho lleno de parroquianos y comimos una especie de brochet de carne exquisita. Por supuesto con arroz.

Mañana será otro día, gracias a Dios.

Queremos agradecer de manera muy especial a todos aquellos que nos escriben y leen nuestras cuestiones, hacen sus aportes y recomendaciones.

Nosotros seguimos adelante, si Dios quiere, con nuestro mejor recuerdo por todos los nuestros.