jueves, 12 de julio de 2007

Septimo día de la segunda etapa

12 de julio de 2007,

Bitácora de vuelo aeronave interestelar “Enterprise” explorando el espacio profundo, Boa Vista al fondo.

Hoy amaneció con fractus stratos bajos. Desde la ventana del hotel ya veíamos que las probabilidades de salir eran pocas, pero nuestro ánimo siempre piensa que lograremos salir de este pozo.

Desayunamos tranquilos y cuando estuvimos listos pedimos un taxi y salimos para el aeropuerto, como siempre los taxistas/motoristas en todos lados del mundo, tratan de cobrarte 30 lo que vale 10 y en Brasil no son la excepción.

Si desde la ventana se veía feo, desde el taxi el panorama era desalentador. Entre seis y siete octavos de fractos a no más de 700pies. Y para el lado norte, los CB se hacían anunciar con su característico gris plomo.

Animo 100% arriba.

Cuando llegamos a la oficina de ARO AIS, nos estaban esperando con los últimos Metares. La cosa no parecía tan mala, había que esperar que el poderoso y baboso Cb. Se corriese unas 100 millas al oeste para que nos permita pasar.


Eran las ocho de a mañana y en dos horas el camino a Maturín estaría despejado, por lo menos era eso lo que los meteorólogos estimaban.

Creemos que a este punto de la navegación, tenemos más horas de oficina de ARO AIS que de vuelo, vamos a preguntarle a Zorraieta si nos las podemos anotar!!!!

La espera se hizo amena porque anoche, durante la cena, habíamos hablado sobre la idea de agregarle alternativas a la ruta original, una al sudoeste de “La Divina Pastora” y la otra por el noreste, como quien va para Georgetown, (cuatro cuadras derecho y luego dos a la izquierda) ¿Se entiende?

Todo eso, claro, dependiendo de dónde estuviese la Flia. Charlie Bravo, nosotros encararíamos para el otro lado.

Apenas llegamos sacamos la noteboock y empezamos a trabajar en las rutas. Cuando terminamos fuimos a preparar el avión para ir ganando tiempo y estar ready to fly.

Al llegar a donde estaba el Mooney vimos con sorpresa que al lado había otro LV. Era un KING el LV- ZPY (hay argentinos por todas partes!!) que venía desde EE.UU con destino a Aeroparque.




No nos habíamos recuperado de la alegría de ver a otro avión compatriota, cuando vimos que, hacia donde estábamos nosotros, venían caminando los pilotos. “Hola, ¿son del LV?”. Escuchar el “si” en argentino sonó a música para nuestros oídos llenos de tonada en Portugués.

Nos pusimos a charlar sobre lo que cada uno estaba haciendo en este remoto lugar y nos enteramos que llegaron anoche y que el señor CB, que nos cerró el paso a nosotros, se había quedado, en el mismo lugar, esperándolos a ellos, los sacudió, los lavó, pero, con la ayuda del radar y esa máquina, aterrizaron sin novedad.

Para ellos no era un gran problema, venían volando a unos 20/25.000 Fts., y con el radar pudieron meterle por un lugar seguro. Tuvieron algo de engelamiento (la temperatura estaba en menos 10 grados). Pero sin problemas. Hacían el plan de vuelo seguían. Nosotros nos quedabamos.

Pero no nos quedamos mal, al contrario. Para nosotros es una experiencia única que particularmente valoro mucho.

Volar con aviones de alta performances nos aleja un poco del placer de “volar”. Únicamente prestamos atención a las condiciones de los aeródromos de salida, llegada y alternativas, para tener las cartas de entrada a mano. Lo que hay en la ruta “lo pasamos por arriba”.

Qué hermoso es depender de cada una de las nubes, del viento!!!!. Estar tan sujeto a la naturaleza, tan pendiente de “¿dónde nos tiramos si …?, a que hora es nocturno”. Siento como que antes piloteaba, ahora vuelo.

Todas estas reflexiones surgen debido a que hace como cinco horas que estábamos esperando y todos aquellos que estuvieron esperando que las condiciones mejoren para salir a volar, saben la temperatura a la que puede llegar el cerebro de un piloto, aguardando el momento oportuno.

Por otro lado el “grandote” en lugar de irse se hacía más grande.

De pronto se abre la puerta de la oficina y aparece la tripulación de un avión con matrícula November, que venía del norte, “¿van para allá?, ¿en qué?, no, no pasan” fue la respuesta acertada de los pilotos, creemos que eran venezolanos.

Lógicamente, nos pusimos a conversar de las alternativas que teníamos en la manga y nos desaconsejaron una de ellas, debido a que existían probabilidades de que intentarán entorpecer las gestiones para obligarnos a pernoctar y así (quizas) intentar robarnos el Mooney (hay muchachos que los usan para otra cosa que no es esparcimiento).

Borramos la ruta de alternativa y nos quedamos con la original, más una alternativa.

Las horas pasaban y el “grandote” seguía allí.

Es muy cansador, estar “a las ordenes” ya que uno consume mucha energía por expectativas, ya lo dijo Olmedo, “el que espera, desespera”

Como alas dos de la tarde decidimos no cansarnos más y después de preparar al Mooney para la noche, atarlo, cerrarlo, acariciarlo ….. al hotel.

Decidimos no volver al de anoche, era económico, no muy bueno, pero económico, hoy nos merecíamos algo mejor, este algo más caro, pero mucho más cómodo (nos podemos sentar al mismo tiempo en las camas uno frente al otro sin chocarnos las rodillas).

Apenas llegamos salimos a dar una vuelta. Nos fuimos hasta un lugar a orillas del Río Branco llamado Orla:

Es un lugar de reunión obligado para la gente del lugar.

Encontramos una capilla muy linda al frente del Orla, (les ponemos la foto), compramos un bolso para reemplazar a uno que no se bancó tantas idas y venidas. Uno de nosotros aprovechó y fue a la peluquería (no me miren a mi que yo no lo necesito) y volvimos al hotel.


Orilla del Rìo Branco

Si Dios quiere cenaremos temprano para ir a descansar y ver de poder llegar con las primeras luces del alba al aeropuerto para intentar tener las mejores oportunidades de salida, que serían al amanecer.

Ahora, son las 6 de la tarde, hicimos “orden cerrado” lavamos ropa, la pusimos a secar y ahora estamos escribiendo, parte de una historia que poco a poco se va convirtiendo en realidad.

Lo peor de todo esto, es esperar. Volando, se pasan las horas volando, pero en tierra, es un garrón.

Hoy es un día muy especial para una persona muy especial, un beso grande a Joaquín y muy, pero muy Feliz Cumpleañossss.

Para el resto de nuestros afectos el cariño de siempre y a la espera de volver a verlos a todos pronto, ellos son los que cuentan.

Nuevamente gracias a aquellos que nos escriben, no saben que interesante es saber que hay amigos del otro lado.

Un fuertísimo apretón de manos y la mejor de las suertes!!!!!!!!!!